Si eres un verdadero carnívoro, seguro que las palabras steak y tartar unidas son música celestial para tus oídos. No hay otro plato como este, en el que podemos disfrutar sin límites del delicioso sabor de la carne de vacuno cruda, bien aliñada y salpimentada a la perfección.
Tras leer este artículo, te convertirás en un experto en steak tartar y podrás cocinarlo en tu casa como el mejor de los chefs franceses. ¡Prometido!
Historia del steak tartar: ¿quién lo inventó?
El origen del steak tartar no está del todo claro. Muchas culturas han consumido carne cruda desde hace siglos, por lo que resulta difícil atribuirle un inventor al filete de solomillo crudo cortado a cuchillo.
Esta técnica culinaria aparece en grandes clásicos de la literatura occidental, como en el Libro de viajes de Marco Polo, un famoso mercader veneciano del siglo XIII que viajó por el mundo y recogió sus vivencias en una extensa obra. En uno de sus cuadernos, nos relata que en la provincia de Caragian, en China, el consumo de carne cruda era muy habitual en todos los estratos sociales.
No obstante, una de las teorías más famosas sobre el origen del steak tartar apuntaría a que fueron los jinetes tártaros, en Mongolia, los primeros en consumirlo. Este pueblo nómada viajaba siempre a caballo: se dice que almacenaban la carne bajo las sillas de montar, para ablandarla hasta que llegaba al punto perfecto para ser degustado en crudo, lo que dio origen al steak tartar.
Otra conjetura, más plausible, sugiere que el steak tartar tiene su origen en las islas de la Polinesia Francesa, en el Pacífico, y que de ahí se importó a Francia, donde lo empezaron a llamar beefsteak à l’américaine.
Lo que sí que está claro es que el steak tartar tal como lo conocemos (la receta actual, especiada y con yema de huevo) es de origen francés, ya que este plato aparece mencionado en novelas de autores franceses del siglo XIX, como Jules Verne y Victor Hugo.
De hecho, ya en pleno siglo XX, el steak tartar se convirtió en un plato de moda en todos los hoteles franceses. Cuentan que el reconocido chef Auguste Escoffier (1846-1935), considerado el creador de la cocina francesa moderna, añadió salsa tártara a la receta, y por eso pasaron a llamarlo steak tartar. Esta historia es más fiable que la que remonta el origen del steak tartar a los jinetes tártaros, pero que cada cual elija su versión favorita.
Por cierto: la receta más antigua que se conserva de steak tartar se recoge en la edición de 1938 del Diccionario Lauousse Gastronómico, de Prosper Montagné.
¿Cómo elaborar steak tartar en casa?
Los auténticos amantes de la carne disfrutamos como locos siempre que pedimos steak tartar en un restaurante. Sin embargo, es un plato que poca gente se atreve a preparar en casa, probablemente por desconocimiento.
Elaborar steak tartar en nuestra casa es mucho más fácil de lo que parece. Nuestra recomendación es que compres carne de primera calidad, no solo porque no hay punto de comparación con el sabor, sino también para minimizar cualquier posible riesgo bacteriano. Por supuesto, lávate muy bien las manos antes de empezar.
El huevo que uses para amalgamar la carne también debería ser fresco y de primera calidad (código 0 o 1), puesto que lo consumiremos en crudo.
Lo más común a la hora de preparar un buen steak tartar es elegir solomillo de ternera. Lo picaremos finamente con un cuchillo muy afilado y lo maceraremos bien con una sabrosa salsa, cuyos ingredientes y proporciones pueden variar al gusto.
Generalmente, el macerado del steak tartar lleva:
- cebolleta, pepinillos y alcaparras (todo cortadito fino)
- perejil fresco
- un poco de mostaza
- salsa Worcestershire o Perrins
- unas gotitas de tabasco
- un poco de zumo de limón
- pimienta negra recién molida
- sal
- huevo
La clara del huevo nos servirá para envolver y ligar toda la carne, mientras que la yema la podemos colocar en el centro del steak tartar una vez emplatemos.
Prueba el steak tartar de Rubiato Paredes
En Rubiato Paredes nos encanta ponerte las cosas fáciles. Lo más complicado (e importante) en la receta del steak tartar es que el corte te quede perfecto, y gracias a nuestros carniceros no tendrás esta preocupación.
Somos expertos en acercar a tu casa la mejor carne del mercado, y te preparamos al momento un corte de steak tartar sublime, para que solo tengas que aliñarlo con tus ingredientes favoritos.
¿Cómo trabajamos en Rubiato Paredes? Una vez has realizado tu pedido de steak tartar, seleccionamos un excelente solomillo de vaca extra madurada durante 30 días y lo cortamos a mano con nuestro cuchillo carnicero, para asegurarnos de que recibas en casa un corte fresco y de la mejor calidad.
Si, por el contrario, prefieres ponerte a prueba y cortar el steak por tus propios medios, no dudes en hacerte con uno de nuestros excepcionales solomillos de vacuno.
El steak tartar se suele untar en tostadas, pero en Rubiato Paredes te recomendamos que lo emplates en uno de nuestros tuétanos para obtener un acabado más gourmet. ¿A qué estás esperando para degustar el steak tartar más selecto sin tener que pedirlo en un restaurante?