Si hacemos una búsqueda en Google de las palabras “barbacoa” y “COVID-19”, encontraremos decenas de noticias con multas a personas que se han saltado el distanciamiento social. El problema no era la barbacoa en sí, pues cualquier persona con un espacio adecuado puede hacerla, sino haber reunido a demasiada gente y saltarse la ley.
Porque una barbacoa no es solo cocinar al calor de las brasas, sino también un motivo para juntarnos con amigos y familia. De hecho, es uno de los que más nos gustan, pues podemos celebrar todo tipo de encuentros alrededor del fuego, con buena comida y al aire libre.
Porque somos mediterráneos, y atlánticos, cocinamos chuletones y espetos de sardinas, de norte a sur. Tenemos el clima para disfrutar del día y la noche. Lo hemos vivido desde siempre. ¿Cómo no vamos a echar de menos volver a reunirnos en la casa de campo o de la playa y disfrutar con los nuestros de la carne a la brasa, en un entorno informal, relajado y divertido?
Y más ahora. Con el confinamiento es normal echar de menos todo lo que no podemos hacer.
Las zonas que ya se encuentran en fases avanzadas de la desescalada tienen algo más de flexibilidad, pero en el resto del territorio es más difícil en estos momentos. Además, los que tenemos una segunda residencia en otra provincia todavía tardaremos semanas, si todo va bien, en poder encender nuestra brasa.
Ante esta situación, es posible que muchos tengamos la tentación de hacer nuestras barbacoas en casa, pero tendremos que asegurarnos de que disponemos de un espacio que reúna las condiciones necesarias y, en tal caso, otro tema a considerar son las posibles molestias que podamos ocasionar con el humo. En el distrito de Sutton, en Londres, por ejemplo, han pedido que se eviten hacer las barbacoas, por respeto al resto de vecinos.
Nos lo pidan de forma expresa o no, estamos en un momento en el que debemos ser responsables (y aquí se incluye tener un poco de empatía con los vecinos) y entender la situación actual. Porque sí, echamos de menos hacer nuestras barbacoas, pero hay muchas otras prioridades. Además, siempre podemos encontrar algunas alternativas que no estén reñidas con la emergencia sanitaria.
Para empezar, en el mercado hay numerosas ofertas de barbacoas portátiles, e incluso sin humo, en redes sociales seguro que habremos visto alguna. Alguna habrá que se adapte a nuestro espacio y necesidades. Pero, además, recordemos que también seguimos teniendo horno y fogones. Y mucho que aprender. Así que paciencia, porque vendrán tiempos mejores. Ahora es el momento de cuidarnos. Aprovechemos para leer, investigar y seguir creciendo en nuestro dominio de la cocina con otras herramientas.
Prueba nuevos cortes de ternera o cerdo a la plancha. Experimenta con el cordero o el pollo al horno. Intenta emular las hamburguesas de tu restaurante favorito. Asa verduras, practica con arroces o descubre el mundo de los marinados. Para los que disfrutamos cocinando, el confinamiento es una oportunidad para poner en práctica habilidades que, en circunstancias normales, es más complicado, debido a la falta de tiempo y a los compromisos sociales. Así que miremos el lado bueno. Y seamos optimistas.
La próxima barbacoa, cuando esta crisis haya pasado, será de las mejores de nuestra vida.