La carne es un alimento muy importante para nuestro organismo. Por eso, además de saber cómo combinarla para llevar una dieta equilibrada y saludable, es recomendable que compres la de mejor calidad —como la que te ofrecemos en Rubiato Paredes— y que conozcas cómo conservarla de manera correcta cuando llegue a casa. Sería una pena comprar un producto excelente y que se echara a perder, ¿no crees?
Antes de nada, has de saber que la carne es un alimento perecedero, ya que, al contener una gran cantidad de agua y nutrientes, es más susceptible de recibir alteraciones por microorganismos. Por este motivo es esencial preservarla de manera adecuada, ya sea en la nevera o en el congelador.
Desde Rubiato Paredes hemos preparado una serie de consejos que te permitirán conservar en óptimas condiciones tu carne favorita y mantener su sabor y textura como el primer día. ¡Empecemos!
Almacena la carne de manera correcta en la nevera o congelador
Es fundamental almacenar correctamente la carne. Si la vas a guardar en el frigorífico, colócala en un envase limpio y hermético e intenta ubicarla en la parte inferior, ya que es la zona más fría de la nevera. Es importante que no entre en contacto directo con otros alimentos si optas por guardar el producto sin ningún recipiente.
Para conservar la carne en el congelador, envuélvela siempre en papel de film transparente y escribe la fecha para saber cuándo ha llegado el momento de descongelarla. Conoce más sobre el tiempo que puedes mantener los diferentes tipos de carne en el congelador visitando esta página de la OCU.
Ahora que ya sabes cómo almacenar este alimento, pasemos a ver algunos casos concretos:
- Carne picada. Este producto se deteriora mucho más rápido que otros tipos de carne, ya que toda su superficie está expuesta al aire y, por tanto, a posibles agentes patógenos. Por eso es importante que la consumas antes de los dos días de comprarla. Si prefieres reservarla para más adelante, congélala (si hay una gran cantidad, distribúyela en pequeños paquetes para que, más adelante, puedas descongelar solo lo necesario).
- Filetes. Este producto también debes consumirlo rápido después de comprarlo. Si no lo vas a cocinar inmediatamente, te recomendamos que le retires todos los jugos, lo envuelvas en papel de film transparente para evitar contaminaciones y, después, lo almacenes en el frigorífico o en el congelador para conservarlo.
- Carnes para asar al horno. Como normalmente se trata de piezas grandes, pueden conservarse más días en la nevera (hasta 4), aunque te recomendamos que retires los jugos y las envuelvas en film para que se mantengan en mejores condiciones.
- Piezas para guisar. La carne ya cortada en trozos se deteriora antes, así que te recomendamos comerla cuanto antes o bien congelarla. Si, por el contrario, sueles comprarla entera, será más fácil de conservar, así que córtala en trozos únicamente antes de cocinarla para evitar que comience a deteriorarse. Prepara trozos pequeños y envuélvelos para conservarlos mejor en el congelador.
Mantén la cadena de frío: congelar, descongelar y cocinar
Al congelar la carne, es importante que mantengas la cadena de frío para evitar que pierda sus propiedades, así que intenta congelarla cuanto antes mejor. Si es verano, te recomendamos que utilices una bolsa isotérmica para mantener la carne fresca desde el momento de la compra hasta llegar a casa.
El congelador deberá estar a -18°C para un proceso óptimo. De esta manera, la carne puede permanecer en condiciones excelentes durante meses.
La congelación debe hacerse lo más rápido posible para evitar que se formen cristales de hielo que puedan alterar su calidad. Para ello, te aconsejamos que, siempre que sea posible, cortes la carne en pequeños trozos, ya que estos se congelan más rápido y mejor.
De nuevo, recuerda mantener siempre la cadena de frío: congelar, descongelar y cocinar. ¡Nunca vuelvas a congelar la carne si ya ha sido descongelada previamente!
Como ya hemos indicado, la carne se deteriora con rapidez, especialmente si está en contacto con el aire —se produce oxidación—, de modo que, si la vuelves a congelar, estás intentando conservar un alimento que ya ha comenzado a perder sus propiedades.
¿Y cómo puedes descongelar correctamente la carne? Lentamente. Cuando la saques del congelador no la desenvuelvas ni la dejes al aire libre; guárdala en la nevera hasta que se descongele por completo. De esta manera, mantendrá todo su sabor y textura. Nunca le apliques agua caliente o utilices el microondas para agilizar el proceso, porque la carne perdería calidad.
Para conocer más sobre la importancia de una correcta congelación de los productos que compres, te recomendamos el siguiente artículo.
Presta atención al etiquetado
En caso de comprar carne envasada, mira siempre las etiquetas. Los alimentos envasados siempre duran más gracias a la creación de una atmosfera especial que evita la proliferación de microorganismos, pero no dejes de consultar la fecha de caducidad.
Mantén la carne envasada en la nevera hasta que vayas a consumirla, y no le retires el embalaje hasta entonces. De lo contrario, empezará a deteriorarse.
Si compras carne fresca, es muy importante que la cocines antes de 72 horas. Evita manipularla con las manos para no contaminarla, tápala con un film transparente si no la vas a comer enseguida y guárdala en la nevera.
Ahora ya sabes cómo conservar la carne en casa para que se mantenga como el primer día. ¿A qué esperas para poner a prueba nuestros consejos? ¡Se ha acabado el desechar comida en mal estado!